LOS SIETE PECADOS CAPITALES DEL VOLANTEO…
el camino seguro a la perdición...de dinero

El tema pasa porque innumerables veces nos han aconsejado hacer
volantes para dicha promoción y…no hemos sabido qué hacer con ellos.
¿Cuántos volantes hacer?, ¿qué decir en esos volantes?, ¿en qué
material debemos hacerlos?, ¿cómo repartirlos?, ¿en dónde repartirlos? . Son
algunas de las preguntas que debemos hacernos ANTES y no después.
El “volanteo” forma, hasta
ahora, parte de nuestra estrategia de
comunicación y transmitirá no sólo información sobre nuestro negocio o producto,
sino que transmitirá también nuestra imagen.
A continuación encontraremos los
SIETE PECADOS
CAPITALES DEL VOLANTEO, pecados que si caemos en ellos, irremediablemente
nos condenarán a la pérdida de la inversión, por más pequeña que creamos que
sea, y no aportarán absolutamente nada bueno a nuestro negocio.
Primer pecado: Nunca planificar
En efecto, si quieres que no suceda nada con la inversión que estás
haciendo en volantes nunca planifiques. Nunca analices cómo es tu consumidor,
ni cómo son sus hábitos, ni cómo habla, ni qué le interesa, ni cuáles son sus
actividades.
Nunca estimes la dimensión de tu mercado potencial y menos calcules la
cantidad más aproximada de volantes que NECESITAS.
Tampoco analices si es que tu negocio está empezando y necesita un gran
esfuerzo comunicacional, o si ya tiene algún tiempo y necesitas un marcado destaque
de características diferenciadoras o si ya tienes tiempo en el mercado y ya es
hora de la promoción. Olvídate de todo eso.
Segundo pecado: Crea que
lo que más le interesa a tu
consumidor potencial es el nombre de tu establecimiento…y colocarlo bien grande
Muchísimos negocios cometen este pecado y obvian hasta lo que se ha repetido
hasta el hartazgo…”una imagen vale más que mil palabras”.
¡Motiva a tu cliente!, ¡Cuéntale lo bien que haces las cosas!, ¡Dile
qué tienes preparado para él!
Luego él mismo buscará tu nombre, dirección o la forma en comunicarse
contigo. Colocar el nombre de tu establecimiento dominando el poco espacio que
tienes disponible es perder la oportunidad de convencerlo.
Tercer pecado: Hágalo “así nomás”
Hay personas que saben manejar programas de diseño pero NO SON COMUNICADORES.
Yo sé manejar el Excel….pero eso no me hace ingeniero ¿no es cierto?.
Igualmente existe mucha gente aficionada al diseño pero sólo los profesionales
en comunicación comercial gráfica – diseñadores publicitarios – saben como
armonizar los elementos para que su volante transmita aquello que usted busca
transmitir.
No se equivoque…lo barato generalmente sale caro. Busque siempre
alguien que lo asesore.
Cuarto pecado: Imprímalo
en cualquier papel y en cualquier tamaño.
Hay quienes piensan que si imprimes a un color que no sea el negro –
digamos en verde - el consumidor potencial creerá que está impreso a todo
color. Piensan que si lo imprimen en el papel más barato, al consumidor
potencial le dará igual. Piensa que si lo hacen lo más pequeño posible…están
ahorrando.
El material y el tamaño influye en la percepción de tu negocio y
disminuye la posibilidad que el volante
entregado sea desechado inmediatamente.
Las personas tienen una percepción propia del valor y así como guardan
los descartables o los folletos con muchas fotos y colores, también les es más
atractivo un volante bien impreso y en un buen papel .
Quinto Pecado: Que sus volantes los reparta cualquiera
¿Cuántas veces le han entregado un “manojo” de volantes? ¿cómo se ha
sentido?
¿Terrible verdad?
¿Quién se los entregó?...¿una
persona cualquiera, una persona especializada, el dueño, un niño…un sujeto
extraño?
Un volante no puede ser entregado por cualquiera
Entregar un volante es una
invitación al negocio, hay que saludar, sonreír, decir una frase amable que
invite: “Hemos abierto una funeraria…lo esperamos”!
Sexto pecado: No haga esfuerzos por conocer a su
consumidor potencial
Hay quienes piensan que cualquier transeúnte es la persona adecuada
para comprar tu producto o ir a tu establecimiento.
Si usted va al parque más próximo a su casa..¿son las mismas personas
que pasean por el parque en la mañana, en la tarde y en la noche?
Cambian ¿no es cierto?
Dependiendo de su producto o negocio usted sabrá en qué momento y en
dónde repartir sus volantes. Conozca a su consumidor, qué hace, en dónde se
encuentra…no pierda la oportunidad de llegar eficientemente a él.
Sétimo pecado: Piense que cuando le entregas UN volante a
un transeúnte ya has logrado tu objetivo.
Hay quienes creen que cuando entregan un volante, una vez…ya es
suficiente para que su potencial consumidor haya aprendido sobre su producto,
sobre las bondades del mismo, sobre el beneficio que conseguirá, sobre dónde lo
puede adquirir, etc.
Nada más falso. El consumidor debe aprender sobre nuestro producto y
sus beneficios, debe aprender nuestro nombre y nuestra ubicación. Para que esto
suceda hay que enseñarle como a los niños… REPITIENDOSELO!.
¿Cuántas veces vemos el mismo comercial en la TV?, ¿cuántas veces
escuchamos el mismo comercial en la radio?
La repetición hace el aprendizaje…Recuerde que si entregamos un volante
una vez, pueda que el consumidor potencial no lo lea; o lo lea y lo olvide; o
lo lea, lo guarde y lo pierda, o que se le presente la necesidad después.
No peque…es un camino seguro a
la perdición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario